Friday, November 27, 2009

Entre copas






















Hay miles de discos que sin siquiera saber los datos biográficos de los músicos uno puede arriesgar que fueron hechos bajo los efectos de las drogas. Pero pocos discos a uno le dan la sensación de embriaguez de sus creadores.

Con Pere Ubu siempre me pasaba algo particular y escuchando “Dub Housing” esa impresión se confirmó. Los Pere Ubu hacen sus discos en pedo.

En “Modern Dance” se escuchaban ruidos de botellas rompiéndose, que generaban esa sensación del aburrimiento de las 5 am de ciudad chica, de esas noches adolescentes donde se caminaba por calles vacías arrojando cosas, cometiendo ingenuos vandalismos, pintando grafittis, corriendo como locos por el ruido de la policía o el prender de una luz de un vecino, corriendo como un boludo a pesar de que uno internamente sabía que en realidad nadie te perseguía.

Pere Ubu suena como una banda que estuvo toda la tarde ensayando temas pop convencionales pero que a la hora de grabar el pedo de las 3 mañana hace que esos temas adquieran un tenor completamente diferente.

Los temas se mueven dentro de toda la gama que una borrachera puede adoptar, es decir entre aquellos de un espíritu bardero/festivo y otros lúgubres/melancólicos.

David Thomas canta como cantaría un personaje de Disney borracho, haciendo esos hipos tan característicos y balanceándose de lado a lado. A decir la verdad David Thomas no canta, eructa líneas surrealistas.

Los ritmos inestables, la sincopa que no cierra, la guitarra desganada con slide que parece el andar errante y misterioso de un borracho a su casa.

Los temas que parecen que van arrancar de un momento a otro pero no lo hacen, como si se quedaran discutiendo quien tenia entrar. Los jams en busca de ese sonido que nunca llega.

Pero como mejor ejemplo ahí esta “Ubu Dance Party”, una canción que refleja a la perfección esas noches de pedos entre amigos en las que se termina por cantar a coro, abrazados y desafinando como unos condenados, pero eso si, alegres como nadie.

Thursday, November 19, 2009

Estaba feliz. Estaba en su plenitud, jamás he visto un ser humano tan completo, sonreía con un gesto abierto, gozoso e inocente que no he vuelto a ver...paladeaba el Paraíso sobre la Tierra. Hubo un momento en que se quedó tan bloqueada ante semejante milagro y éxtasis, que sus palabras se ahogaron a mitad de frase, se sentó sobre los talones, con los ojos brillantes, y emitió un largo y musical suspiro de rara y maravillosa felicidad. Casi me dio pena pensar que la iba a violar.

“Fabricación casera” (Primer amor, últimos ritos). Ian McEwan