Es curioso (y casi gracioso) el impacto que puede generar una simple canción.
En el post anterior hablaba de esa curiosidad y deseo melómano de abarcarlo todo, de explorar lo raro, lo desconocido, de inmiscuirse en sonidos y géneros exóticos, poco convencionales, que en definitiva, creía yo, era lo que alimentaba el amor por la música.
Escucho “Molly’s Lips” de los Vaselines interpretada por Nirvana e inmediatamente todo cambia. Y pienso que es en el pop donde esta la respuesta, en la canción de dos minutos y medio, en el estribillo demoledor, en las guitarritas.
Tal vez. Hasta la próxima epifanía.
2 comments:
Y dijo el hijo de Rock "En la casa de mi padre hay muchas moradas"
"Un minuto veinte segundos de diarrea Punk y homínidos triviales pateándose las cabezas entre sí o espontánea psicodelia de un soberbio y humilde solista habitando el nirvana durante quince minutos de avasalladora enajenación artística... todo es válido."
jaja no sé que estoy batiendo...
Un abrazo, gurisín...
Laureano sos el comentador que todo blogger desearia tener ja.
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