Tuesday, January 26, 2010

Hace falta leer a Coehlo para poder decir que es una mierda?




















Debe uno leer Agatha Christie, Corin Tellado, Isabel Allende, Dan Brown, Paulo Coehlo aunque sea un libro de cada uno para saber de que se tratan? Para no quedarse afuera de la referencia? Para saber de primera mano aquello que critica?

Debe leerlos aunque sea en plan contrastivo de la buena literatura, o en todo caso como descanso de aquella? (En todo caso hay que preguntarse si se puede vivir consumiendo obra maestra tras obra maestra)

Yo no lo creo necesario.

En los casos del cine y la música podemos negociar que si, esto lleva generalmente una o dos horas, no acarrea una gran “perdida” de tiempo, además después de una película de Bergman o Resnais, mirar una hollywoodense más que un descanso es una necesidad.

Pero leer un libro es todavía una actividad que lleva tiempo, justamente en esta época que se especializa en el consumo rápido, descafeinado and move on, leer sigue siendo una actividad casi anacrónica y subversiva.

Además cuantos libros se leen por año? difícilmente he leído más de 25 libros en un año (sé que es un número bajo comparado con otra gente), y en estos años de facultad la cuenta llega rasposamente a 10 o menos.

Oscar Wilde decía que en lugar de una lista con los “Títulos que hay leer” (los must), había que hacer una lista de los “libros que no había que leer”, para ahorrarnos tiempo y desilusiones.

Mi lógica en este punto con quienes he hablado del tema es incuestionable: uno nunca va a alcanzar a leer todo lo que quiere, para que detenerse en leer algo que uno sabe que no le va a gustar, porque quitarle tiempo a otras obras más importantes.

Cuando tendremos tiempo de leer los siete volúmenes de “En Busca del Tiempo Perdido” de Proust o “The Decline and Fall of the Roman Empire” (el libro por excelencia para el ser sin vida social según Rory Gilmore)? por decir algunas de esas obras magnánimas e hiperbólicas de la historia de la literatura, si nos la pasamos leyendo aquellas obras que en un 99% de los casos confirmarán nuestras hipótesis/prejuicios iniciales. Vale la pena todo por ese 1%?

Thursday, January 14, 2010

¿El lugar más erótico de un cuerpo no está acaso allí donde la vestimenta se abre? en la perversión (que es el regimen del placer textual) no hay "zonas erógenas" (expresión por otra parte bastante inoportuna); es la intermitencia, como bien lo ha dicho el psicoanálisis, la que es erótica: la de la piel que centellea entre dos piezas (el pantalón y el pulóver), entre dos bordes (la camisa entreabierta, el guante y la manga); es ese centelleo el que seduce, o mejor: la puesta en escena de una aparición-desaparición.

No se trata aquí del placer del strip-tease corporal o del suspenso narrativo. En uno y otro caso no hay desgarradura, no hay bordes, sino un develamiento progresivo: toda la excitación se refugia en la esperanza de ver el sexo (sueño del colegial) o de conocer el fin de la historia (satisfacción novelesca).

"El placer del texto", Roland Barthes.

Monday, January 11, 2010

Prejuicio, ya se, pero no tengo particular afecto por la cultura mexicana. Sus bandas de rock, sus series, sus películas (temo que "Amores Perros" envejecio particularmente mal, aunque hace mucho que no la veo), su arte en general. Con respecto a la música, no recuerdo ninguna canción de un grupo mexicano que haya por lo menos llamado mi atención, pero hace poco en un raid zappinero a la madrugada me encuentro con este video:



El blanco y negro, la chica, esos ojos, esas piernas, esas zapatillas blancas, ese lunar en el mentón. Pero también la guitarrita, esas primeras estrofas tan deliciosamente cantadas, ese delicado y casi impercitible sinte que aparece. Luego se pierde un poco, pero esta muy bien.

Ah, la banda se llama Zoé y el tema "Poli" (los nombres de mujer siempre garpan en las canciones, Zach había entendido esto a la perfección)